Cuando Puy du Fou pasó a vendernos jarabes curalotodo
Todos conocemos este tipo de ventas. Algunos habrán asistido atraídos por alguno de los regalos que ofrecen entregar, aunque para ello han de escuchar el sermón hasta el final. La venta, agresiva, suele terminar con el acoso al incauto para convencerle de que compre el producto en cuestión, a veces de forma muy cansina, e incluso con el enfado y malas palabras del vendedor cuando la víctima, finalmente, no accede a comprar.
Los productos que se venden en estos casos no suelen ser normales, son objetos de una escasa utilidad, adornados con alguna cualidad extraordinaria, mágica y/o medicinal, o demasiado caros para resultar atractivos en un escaparate corriente. Siempre hay involucrado algo turbio, un pelador de patatas que pela patatas, un colchón o almohada de efectos medicinales fabricados con fibras con nombres rimbombantes, plumas de ánade real, o tecnología militar, o un aparato de cocina extraordinariamente caro cuyo fundamento de venta es colocárselo a amigos o familiares para que el gasto sea menos gravoso, trasladando o extendiendo el despropósito, etc.
Las empresas que actúan así “necesitan” acudir a estas estrategias de venta piramidales o agresivas, para convencer, ya que de otra manera sería imposible sacar adelante el negocio.
Asistimos con asombro a un espectáculo similar de marketing agresivo, pero en este caso para construir un parque de ocio.
Cualquier empresa normal compraría unos terrenos, aportaría el proyecto y la documentación necesaria que le exige la administración, y una vez que cumpla todos los requisitos legales, finalmente, se instalaría, sin más. Sin problemas, sin trato especial, sin necesidad de modificar leyes, reglamentos y el urbanismo de la ciudad, sin hacer mercadotecnia, regalar viajes con todos los gastos pagados, u organizar charlas multitudinarias para cantar las maravillas del parque francés, etc.
Como en el caso de las ventas que hablábamos al principio, cuando una empresa tiene que acudir a esas estrategias, es que el producto es muy caro, no tiene las propiedades que dice tener, o sus características hacen que no pueda venderse, en este caso ejecutarse, por los trámites normales, sino de forma extraordinaria o excepcional.
En este sentido, observamos como la Sociedad Limitada Unipersonal Puy du Fou, se ha embarcado desde hace varios meses, y ha intensificado ahora, en toda una serie de acciones de “venta” de su parque de ocio, dejando ver que su construcción no tiene relación con cumplir los preceptos legales necesarios, sino con convencer a la sociedad.
Así, se han embarcado en convencer a los toledanos a base de publirreportaje, charlas con un telepredicador al mando, y viajes pagados a las instalaciones del parque francés, para las élites, o próceres políticos, intelectuales, y empresarios. Siempre ha habido clases, y los propietarios del negocio han creído conveniente que lo primero que tenían que hacer es convencer a políticos, imprescindibles para tener alguna oportunidad, luego a empresarios locales para tranquilizarlos en relación a su posible competencia, y por último, a intelectuales o representantes de organizaciones toledanas culturales, con posible influencia social en base a su aura de autoridad, que pudieran albergar dudas, y estuvieran tentados de transmitirlas, por encima del riesgo de perder las ayudas o subvenciones de las administraciones, regional o local.
Como parece, no bastó con conseguir inicialmente el apoyo político, y la venta del tónico (perdón, parque de atracciones) como la solución al paro y economía para Toledo, Castilla-la-Mancha, y España, porque apareció un pequeño grupo de resistentes, difíciles de convencer, o no dispuestos a tragar con el mantra de que los beneficios para el empleo y la inversión, mil veces utilizado ya, falsamente, por nuestros políticos, justifican que se puedan ignorar, saltar o destruir otros valores o derechos de la sociedad.
Puestos en este negocio, de la estrategia de la venta agresiva, le pediríamos al señor De Villiers que se estire un poco e invite a Franca al pueblo llano, no vaya a ser que, al final, despechada la plebe, por el desigual trato, le amarguen la fiesta. Ya sabemos que su ideología no casa con igualar, y menos por abajo, pero igual le interesa, por la cuestión del negocio, llevar a los 80.000 habitantes de Toledo a Francia, con tal de asegurarlo.
¿Por qué necesita actuar así, la Sociedad Limitada Unipersonal Puy du Fou?
Pues lo necesita porque no es normal su instalación en nuestra ciudad:
1.El mecanismo de Proyecto de Singular Interés es algo extraordinario, y sirve para saltarse o doblegar el urbanismo de la ciudad, para lograr algo que, en situaciones normales sería imposible. Es decir, no puede actuar como una empresa normal, porque hasta que no se modifique el urbanismo, es ilegal su instalación, y por lo tanto imposible.
2.Aún así, haciendo legal lo ilegal, mediante el procedimiento de aprobar un PSI, éste, no puede con todo, sino que existen determinados aspectos que también se incumplen, como leyes nacionales, recomendaciones y convenios internacionales, leyes regionales, e informes y procedimientos escasa o malamente justificados en el proyecto, por lo que la dependencia política es doble, ya que estos representantes públicos, tendrán que tomar decisiones con un Proyecto con claras ausencias y “deficiencias”.
3. Como consecuencia necesitan, en primer lugar, atraerse a los gobernantes del territorio, de la ciudad y la región, porque es preciso un trámite que deben aprobar ellos, el Proyecto de Singular Interés. Así, los tienen que convencer, tarea fácil si se viste de una importante generación de empleos e inversión. Algo que los políticos, siempre necesitados de votos, puedan vender fácilmente a sus votantes. Más difícil será vender el proyecto cuando a pesar de todo siga con deficiencias. ¡Ya veremos entonces!
4. Si todo hubiera ido como ellos pensaban, el negocio estaba prácticamente hecho. Una vez convencidos y entregados los políticos, literalmente poniéndoles una alfombra roja o allanándolos el camino, el negocio estaba prácticamente hecho. Pero todo se les torció cuando un número pequeño de ciudadanos, empezaron a hacerse preguntas y a extrañarse de lo que decían, de lo rápido que querían cerrar el negocio, de la ideología del propietario y su afición a confeccionar guiones con un importante sesgo ideológico, de la utilización del sistema extraordinario del PSI, de las idas y venidas con el agua, etc.
5.Cuando una vez conocido el proyecto, y comprobadas las graves incompatibilidades, el daño al medio ambiente, la incertidumbre para el modelo económico de la ciudad, etc., ese pequeño grupo de ciudadanos arreciaron en las denuncias de esos aspectos, el empresario pasó al plan B, que consistía en descalificar a la oposición como malos ciudadanos, interesados políticamente, ignorantes, desinformados, etc, y a iniciar la campaña publicitaria para vender el producto, claramente engañoso y defectuoso, aumentando la agresividad de la misma al comprobar que la oposición, crecía, y no dejaba de hacer ruido.
6.Pero por qué, con la entrega política total, y la declaración solemne de apoyo y de allanarles el camino, simplemente no dejan que discurran los procedimientos y plazos por su cauce. Si todo fuera legal, si todo estuviera bien, ¿por qué está campaña? ¿Por qué gastar grandes cantidades de dinero invertidas en convencer? Pues muy sencillo, porque al no ser normal el procedimiento, necesitan hasta el final el apoyo político, y éstos son muy volubles, y puede suceder que si el viento de la oposición arrecia, los políticos cambien de opinión. En consecuencia, precisan, o necesitan, sumar adeptos a toda costa, a su causa, ampliar el número de personas, organizaciones e instituciones que les muestran su apoyo, y para ello no dudan en desplegar toda su artillería, e incluso pagar un viaje gratis con todos los gastos pagados, que habrá costado un pastón, para atraer y domar voluntades.
7.Por último, ante las incompatibilidades denunciadas y recogidas en las alegaciones, la debilidad de la estructura de la financiación, la falta de garantías para restituir los terrenos a su situación anterior, y las dudas de la rentabilidad económica que presentan este tipo de negocios, que permiten que entre dentro de lo posible la quiebra de la empresa, y el posible proceso judicial que se abrirá por parte de los opositores y por parte de los expropiados, los políticos pueden mostrar aún más debilidad o reticencias, y verse obligados a ser estrictos con el cumplimiento (imposible) de todos los preceptos legales, y los promotores han pensado que era necesario que la publicidad para vender su producto debía hacerse más agresiva.
Esta es la verdadera razón para que la Sociedad Limitada Unipersonal Puy du Fou, esté haciendo lo que está haciendo. Asegurarse que el número de voces a favor supera a las de la oposición, y silenciar al máximo a estas, para que apenas se las escuche, y Emiliano García Page y Milagros Tolón, no se les empiecen a arrugar.
Pero es que, al final, la instalación de un negocio no depende de tener más o menos adeptos. Aunque sólo fuera una persona la que estuviera en contra del proyecto, si tiene la razón y la legalidad de su parte, podrá echarlo abajo.
La ciudadanía haría bien en sospechar de empresas que se dedican a contratar publirreportajes, organizar reuniones con instituciones, asociaciones y organizaciones, reuniones populares previa inscripción, o regalar viajes, todo ello para convencer y ganarse al favor popular y social. Es decir, que en lugar de dedicarse a su negocio, o para sacarlo adelante, se dedican a vender el proyecto como la solución a todos los problemas de la ciudad…,como el jarabe curalotodo que vende el charlatán.
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