José García Molina, Vicepresidente Segundo de Emiliano García Page, opina sobre el Puy du Fou

José García Molina, opina en su página de Facebook, sobre el Puy du Fou, el día después de la visita a Zurraquín junto a miembros del colectivo "Queremos saber la verdad del Puy du Fou"

Inmediatamente, los medios se han hecho eco de estas declaraciones. No debemos perder de vista que José García Molina forma parte del gobierno de Emiliano García Page, que es el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y que el presidente regional ha hecho de la aprobación de este proyecto un empeño personal que va más allá de cualquier objetivo razonable en un responsable político.

Evidentemente tiene la obligación de apostar por la generación de riqueza en su comunidad, pero esa mejora de la situación laboral de los ciudadanos no puede  obviar, para alcanzar unos objetivos, el cumplimiento de la legislación vigente, o destruir o afectar, para conseguirlo valores naturales, ambientales, o ciudadanos protegidos. Desgraciadamente, en los últimos meses, sin perder de vista los fracasos dramáticos de proyectos de singular interés anteriores, estamos asistiendo asombrados a algunas meteduras monumentales de pata del gobierno regional, que afectan de forma importante a la ciudadanía o al medio ambiente, como es el caso de las macro granjas de engorde de cerdos, o el que nos ocupa, del Puy du Fou.  

No es compatible con tomar partido descarado por una empresa antes incluso de conocer cualquier detalle de la misma, sobre todo cuando la aprobación de lo que se pretende supone el seguimiento de un procedimiento administrativo. Y esto es así, porque se trata de un procedimiento reglado, es decir, que tiene que cumplir unas reglas o requisitos, que deben ser ratificados o firmados por técnicos competentes, antes de aprobar la resolución definitiva,  ya que pueden existir, como existen, intereses contrapuestos o incompatibilidades.

Tomar partido de inicio, antes de todo eso, supone comprometer, en cierta manera, la independencia y la neutralidad, que se supone en un procedimiento y en un político, sobre todo, como decíamos, cuando hay valores protegidos con anterioridad importantes en juego, sin menospreciar los legítimos intereses empresariales. 

En todo caso, no entendemos cómo puede apostarse de esta manera por un proyecto, si no es por unos claros intereses electorales. Recordemos que el proyecto, como otros muchos antes, se ha vendido como una oportunidad de inversión y creación de empleo, un mantra repetido hasta la saciedad en proyectos similares a este, pero que prácticamente nunca se han cumplido. Al contrario, en la mayoría de los casos, que fueron anunciado a bombo y platillo como "oportunidades únicas", por no decir todos, el paro en la zona ha aumentado sensiblemente, y por otro lado, casi siempre han supuesto ayudas públicas, ERE´s, o rescates, de forma que el ciudadano ha terminado pagando los desastres de los caprichos políticos. En este sentido, del empleo, no podemos perder de vista que, usando los datos de la propia empresa, en cuanto al número de empleos temporales, si la empresa finalmente saliera adelante, tendríamos el honor, en Castilla-La Mancha, de tener el mayor índice de temporalidad en el empleo de toda España, vulnerando las recomendaciones y avisos que Europa ha venido dando a España en este sentido. 

Coincidimos con Molina en que no todo vale para traer riqueza a la región, en este caso, no pueden hacerse a costa de vulnerar espacios protegidos o "esquivar" la legislación vigente. Dada la experiencia de fracasos, es necesario tener un trato exquisito, en cuanto a los controles administrativos, para que nuestro territorio no quede cubierto de proyectos fallidos faraónicos, y para ello, lo primero es cumplir la legalidad, y claramente, repensar la ubicación elegida.



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