AUNQUE LA MONA SE VISTA DE SEDA, MONA SE QUEDA (La incoherencia ambiental del gobierno de Castilla-La Mancha)

Varias asociaciones ecologistas de ámbito estatal, han realizado un comunicado conjunto en el que se quejan del poco compromiso que el Gobierno de Castilla-La Mancha está mostrando con el medio ambiente.

Viene siendo habitual,  desde que en la política se implantó la mercadotecnia como una estrategia de propaganda de las acciones del grupo que gobierna, el utilizar estrategias de mercado como si tratara de empresas privadas. Así vemos una y otra vez, cómo los gobiernos “venden” sus productos, en general, agregándoles características o virtudes de las que carecen o que son muy discutibles.

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Aquí, las organizaciones ecologistas denuncian que el gobierno regional dice defender, o tener en su cartera, una serie de objetivos medioambientales, pero en realidad, cuando “compramos el producto”, nos damos cuenta inmediatamente del engaño, ya que la mayoría de esos objetivos no están respaldados con hechos reales, sino que son mera estrategia comercial. Es decir, nos quieren vender güisqui de garrafón, como si fuera añojo de 20 años.  

En realidad, el medio ambiente, no deja de ser una obligación penosa para nuestros dirigentes, en tanto en cuanto, para ellos, con una visión a muy corto plazo, de cuatro años,  se opone al cumplimiento de sus deseos en relación a facilitar a determinadas empresas su negocio, en el contexto de un desarrollismo o compromiso de crecimiento económico de dudosa utilidad general, que choca frontalmente con el bien común, la sostenibilidad (que también nos quieren vender)  y un derecho tan básico, como es el derecho al medio ambiente adecuado, que aparece recogido en la Constitución Española, en su artículo 45 :

Artículo 45.
  1. Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo.
  2. Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva.
  3. Para quienes violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los términos que la ley fije se establecerán sanciones penales, o, en su caso, administrativas, así como la obligación de reparar el daño causado
A pesar de este mandato, sin embargo, hay la sensación de que se han creado las condiciones para que el cumplimiento de las leyes que protegen el medio ambiente pueda ser en cierta manera satisfecho mediante procedimientos de exigencia de presentar documentos o estudios, que muchas veces pueden ser subjetivos, faltar documentación, no evalúan todos los aspectos posibles, o minusvaloran determinados aspecto. Para que la ciudadanía opine existe el mecanismo de las alegaciones, pero no siempre se presentan, porque supone un esfuerzo importante, o afecta a intereses generales más difusos, por lo que en general sólo son las organizaciones no gubernamentales las que suelen presentar objeciones. Si no hay alegaciones, el proyecto puede ir adelante, tenga o no deficiencias, y la resolución de las alegaciones, no contestadas, o contestadas de forma ambigua, sólo deja como única opción, muchas veces, la de que el ciudadano se embarque en un proceso judicial largo y costoso. De esta forma, en múltiples ocasiones, no se encuentra oposición a los proyectos, u otras, cuando el procedimiento se resuelve en contra del promotor, el daño está hecho y es irreversible, y sólo pueden plantearse medidas compensatorias de dudosa utilidad pública.

Como en el caso por ejemplo de las macro granjas de engorde de cerdos, que en los últimos años han proliferado de forma desproporcionada por nuestra región, apoyadas de nuevo por la administración regional. Se ha demostrado que estas instalaciones son altamente contaminantes, consumen grandes cantidades de agua, crean poquísimo empleo, y están poniendo en peligro la recuperación de muchos municipios que en base al turismo rural estaban empezando a despegar, y ahora ven comprometido su futuro. Y sin embargo, la administración regional está empeñada en apoyar el sector hasta límites incomprensibles. Se ha demostrado que, a pesar de las evaluaciones, o de las declaraciones de los responsables de que todo se hacía bien, se están produciendo daños importantes al medio ambiente, como la contaminación de acuíferos, consecuencia de la dispersión incontrolada de los purines en los campos.

Estas políticas no tienen más explicación que la de que Emiliano García Page puedahacerse la foto preceptiva junto a potentados regionales del sector del cerdo inaugurando sus nuevas instalaciones, subvencionadas a la vez por Castilla-La Mancha, y aparecer como impulsor del desarrollo y la economía, con el fin de ganar votos en las próximas elecciones.

Y esto vale para otros muchos sectores, como por ejemplo en el caso del Puy du Fou, donde el presidente regional ya manifestó, antes de saber algún detalle del proyecto y de su impacto en el territorio, ya había comprometido su apoyo incondicional al empresario francés, poniendo de esta manera, en jaque, la supuesta independencia del gobierno regional, que debe gobernar para todos, cuando se encuentran en juego valores y derechos que afectan a todos los Castellano-Manchegos, y no sólo a unos pocos. Y por supuesto, con la foto correspondiente. 

Asistimos estupefactos como, una y otra vez, se sacrifican valores naturales, muchos de ellos reconocidos, en pro de una creación incierta de riqueza o empleos, que en general acaba convirtiéndose en que los ciudadanos tenemos que poner dinero de nuestro bolsillo, para resolver un problema del que ha salido beneficiado un empresario, y el político de turno. Muchas veces, cuando surgen las pérdidas y la sociedad tiene que hacerse cargo del problema, ya han pasado varios años, y la ciudadanía no ha tenido oportunidad de castigar en las urnas al responsable político de turno. ¡De eso se valen!

De esta forma, las organizaciones ecologistas, denuncian, junto a la proliferación de instalaciones ganaderas intensivas, por ejemplo, “la tramitación de proyectos de singular interés en zonas de alto valor natural y paisajístico”.

Entramos de lleno en la tramitación del Proyecto de Singular Interés promovido, por una Sociedad Limitada Unipersonal, y que pretende construir un parque temático en un terreno con protección ambiental, forestal y paisajística. Y todo ello, sin demostrar el interés regional, social o económico, más allá de los posibles beneficios del empresario en cuestión, con una documentación escasa, gran parte de ella incompleta, que incumple preceptos legales básicos, o que minusvalora, como es habitual, los valores naturales de los terrenos donde se quiere implantar.

Lo único claro es el sacrificio que hacemos los ciudadanos al ceder terrenos que la propia administración había clasificado como valiosos, y desembolsando importantes cantidades de dinero público en subvenciones, y por otro lado el beneficio en votos que buscan los responsables políticos de Castilla-La Mancha, de cara a las próximas elecciones.

Y casualidades de la vida, volviendo a la mercadotecnia, de la que tanto abusan las administraciones públicas últimamente, casualmente, la Sociedad Limitada Unipersonal Puy du Fou, utiliza de la misma manera el medio ambiente. Es decir, cuando está claro que el daño al medio ambiente en brutal, ellos venden su parque, como respetuosos con el medio ambiente, es decir, como el gobierno regional, se visten de Verde.

Menos mal que muchos nos conocemos ese refrán que dice que “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. 


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