Las minorías tienen derechos,... y a veces, la razón.


Como sabéis, o podéis intuir, nuestro colectivo es un colectivo muy pequeño. Nuestras capacidades para la protesta o la denuncia son muy limitadas, y personalmente nos cuesta  un gran esfuerzo dedicar tiempo a este asunto porque se lo tenemos que quitar a nuestra vida personal. 


Sabíamos, casi desde el principio, que es muy difícil luchar contra un proyecto que se vende como generador de un número importante de puestos de trabajo  en un contexto de crisis económica como la actual. En general, la Sociedad, ante eso, suele rendirse, y no atienden a razones que tengan que ver con la protección del medio ambiente,  la destrucción de espacios protegidos, o la cronificación de un tipo de empleo que hace que la calidad de nuestras vidas se resienta gravemente. La esperanza lleva a muchos a agarrarse a un clavo ardiendo, y es entendible, e incluso les lleva a admitir como salvador, un modelo de negocio, que a nuestro juicio, podría crear graves problemas a la economía toledana basada en el turismo. Pero es que nadie tenemos una bola de cristal para ver el futuro, y es lícito que algunos crean que es mejor un pájaro en mano antes que ciento volando, sin percatarse que tal vez están ahogando, o poniendo en riesgo, la gallina de los huevos de oro, y sólo a cambio de las palabras de charlatanes subidos a púlpitos, nada sólido. El tiempo lo dirá.

Nosotros creemos que son lícitas y entendibles las acciones que realiza una empresa privada, en este caso una Sociedad Limitada Unipersonal, para querer implantar o desarrollar su negocio. Sus estrategias empresariales entran dentro de la lógica del negocio.

A pesar de eso, no es lógico que una empresa, que cumple todos los preceptos legales, para poder implantarse tenga que convencer y lograr adhesiones. Una empresa normal, compra un terreno, cumple los requisitos legales, y se implanta, sin más, sin tener que hacer publirreportajes, invitar a toledanos ilustres a visitar el parque francés, u organizar desayunos informativos.

 ¿Qué papel juegan las adhesiones en un negocio privado? A nuestro juicio, cumple dos funciones: En primer lugar, pueden suponer un soplo importante de dinero para montar el negocio en forma de llegada de capitales. La empresa, aunque corre con una parte importante del capital necesario, no es la que aportará la mayor parte del dinero que se necesita, sino que la mayoría serán los inversores, eso sí apropiadamente fraccionadas sus aportaciones para que la Sociedad Limitada Unipersonal Puy du Fou, siga manteniendo el control. En segundo lugar, hay que decir que, un Proyecto de Singular Interés, como no es normal, precisa, obligatoriamente de la aprobación administrativa, y aún suponiendo que el proyecto cumpliera todos los preceptos legales, si la administración decidiera que no le interesa, cualquier empresa lo tendría muy difícil. Y este apoyo tiene que encontrarse a todos los niveles, el local y el regional. Si algunos los dos fallara, como ha sucedido en otros casos, un Proyecto de este tipo sería imposible.

De ahí todos esos publirreportajes. La política depende de las elecciones cada cuatro años. Las adhesiones son un bálsamo de fierabrás para curar las heridas que pudieran causar “algunos locos ” que por su locura se opusieron al proyecto. A Emiliano y a Milagros, los da igual que se instale allí o no el Puy du Fou. Si les importara algo la ciudad, se hubieran preocupado de tener un plan de ciudad, o de tener un urbanismo como Dios manda, antes de implantar  un macro proyecto como el que nos ocupa en un suelo Rústico No Urbanizable Protegido, además de incalculables consecuencias para la ciudad, que pueden ser buenas o malas, pero ¿Y si son malas? Los experimentos se hacen con gaseosa. Ellos vieron en su momento, y siguen viendo, gracias a esas adhesiones, VOTOS, que es para lo único que viven. Les podemos asegurar que si no hubiera esas adhesiones, ya estaríamos en otro escenario a unos meses vista de las próximas elecciones.

Evidentemente, ante la enorme maquinaria del poder, y propagandística que se ha puesto en marcha, y que fundamenta el éxito del proyecto en convencer a cuántos más ciudadanos mejor, y mejor aún si son notables, nosotros esa lucha la tenemos pérdida.

Sin embargo, por muchas adhesiones que haya, esa mayoría nunca puede quitar el derecho a una minoría, (por más que intenten denigrarnos, principalmente desde el poder, cuando deberían ser neutrales, y no lo son, convirtiéndose claramente en juez y parte), a expresar nuestras ideas y defender nuestros derechos.  Nosotros hemos dirigidos nuestros esfuerzos a señalar los defectos,  ausencias, inconsistencias e ilegalidades del proyecto, y lo hemos hecho con las herramientas a las que tenemos alcance, que son nuestro esfuerzo personal, las redes sociales, la prensa, las pocas veces que nos ha atendido, y los procedimientos legales de las alegaciones.

 Nuestra lucha no va contra la empresa, va contra la administración, que en nuestra opinión se ha mostrado claramente partidista desde el principio, y que es la que debe responder a las alegaciones y la que debe resolver sobre el procedimiento administrativo cuando concluya, y hayan sido analizado el proyecto y las alegaciones presentadas. Cuando Emiliano declara que el proyecto este “compatible desde la perspectiva de los intereses ambientales”, nos da la razón en relación a su partidismo , ya que el procedimiento todavía no se ha resuelto, y el órgano ambiental no se ha pronunciado, pero él ya está dictando sentencia.

Consideramos que el segundo proyecto presentado tiene los mismos defectos que el primero. La administración, en relación a nuestras 30 alegaciones, sólo ha contestado unas pocas, en general copiando lo que dice la empresa, y a la mayoría no ha contestado argumentando que no se ha pronunciado el órgano ambiental competente.

Debido a que somos tan pequeños, no podemos perder el tiempo, y ellos (la administración) juegan con eso, con desanimarnos, e intentar agotarnos. Es por eso que, debido que la administración ha permitido que la empresa presente prácticamente el mismo proyecto, que incluya sus respuestas a las alegaciones (600 páginas más) como parte del proyecto, de forma que hay que saltar como un saltamontes entre miles de páginas para intentar comprenderlo, descubriendo que en muchas partes es totalmente contradictorio lo que se dice en el proyecto con las respuestas a las alegaciones, nos estamos planteando no presentar alegaciones (aunque nos reservamos nuestro derecho ha hacerlo cuando queramos), y demandar, pero no a la a empresa como dice Page, sino a la administración responsable.

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