La alteración “REAL” que produciría el Puy du Fou, en la finca Zurraquín, en Toledo, afecta al 86,5% del suelo.


Como sabemos, la Sociedad Limitada Unipersonal Puy du Fou, pretende construir un Parque Temático, en la ciudad de Toledo, en concreto en la finca Zurraquín, ubicada al suroeste de la ciudad, en suelos que actualmente tienen la calificación de “No Urbanizables, especialmente protegidos”.

Dicha finca, por virtud del Plan de Ordenación Urbana de 2007, fue especialmente protegida por sus valores ambiental, forestal y paisajístico. Aunque el POM 2007 ha decaído, y actualmente está en vigor el Plan General Municipal de Ordenación Urbana 1986, que no prevé para dicho espacio ninguna protección, existen sentencias firmes del Tribunal Supremo que establecen que cuando un suelo ha sido protegido, las administraciones públicas no tienen la potestad de volver a desprotegerlo, si no han decaído los valores por los cuales fue protegido en su día, que no es el caso. En ese mismo sentido se pronunció el informe del Ayuntamiento de Toledo, comunicándoselo a la empresa, y ésta, no ha tenido más remedio, en la segunda presentación de documentación para la aprobación de su proyecto, que admitirlo.

Así pues, la finca de Zurraquín, actualmente tiene cuatro tipos de protecciones de su suelo: Arqueológica, y suelo no urbanizable especialmente protegido por sus valores ambientales, por sus valores forestales, y por sus valores paisajísticos. Esas protecciones nos llevan a que la descripción de los valores protegidos actualmente en vigor, también son los contenidos en el POM 2007, y como consecuencia,  los usos admisibles en esos espacios, y las características de las edificaciones permitidas, que en ningún caso pueden pervertir, los valores de las protecciones existentes que aparecen  en ese documento.

Desde nuestro punto de vista, una vez que la empresa ha visto imposibilitada su intención de que el suelo careciera de protección,  lo que pretende  es pervertir y confundir en relación de esos valores, para conseguir que la administración apruebe su proyecto permitiendo un uso que no tiene encaje en el suelo en el que se pretende, y se contradiga a sí misma, en relación a lo que en su momento aprobó en relación a ese espacio,  “para protegerlo del proceso urbanizador”.

En este sentido, prácticamente desde el principio de la presentación del proyecto, la empresa privada y sus “exegetas” defensores de la postura del empresario (algo nunca visto en un negocio privado que lo único que tiene que hacer es cumplir la legislación vigente, y por lo tanto nunca necesitaría el apoyo de hooligan), han tratado de restar valor a los terrenos protegidos, adjudicándolos adjetivos como “secarral”, o “secano contaminado por fertilizantes”, “ o espacio muy común en la zona y por lo tanto prescindible”, entre otros; o que en su momento allí se instaló “Agualoca”, o más recientemente el vertedero municipal y nadie ha dicho nada (cuando es totalmente falso que no se haya dicho nada, o en esos momentos no estaba protegido), y el más ingenioso conejo sacado de la chistera, es que el espacio afectado es mínimo, alcanzando apenas a un 4,7% del suelo de la finca.

Pues bien, hace poco compartíamos una fotografía aérea del parque, en su lugar de emplazamiento francés, que todo el mundo pone como ejemplo de respeto a la naturaleza, e incluso de mejora. En dicha fotografía encontramos un territorio totalmente dividido en parcelas agrícolas en el que se ve, como un boquete enorme, rompiendo todo el paisaje agrario, el Puy du Fou francés. No sabemos si hace 40 años, cuando se instaló allí el Puy du Fou, eso era admisible o no, y si la legislación francesa lo permitiría hoy, pero en España, eso no es posible.  Y es que el parque, no sólo son los metros cuadrados que componen las construcciones de chapa y hormigón pintado, ajustados centimétricamente al suelo, para poder decir que el parque no ocupa sitio, sino, además de las construcciones, todo lo que rodea a esas construcciones.
Imagen en la que claramente se aprecia el impacto del Puy du Fou, insertado en un paisaje agrario. 
Teniendo esa imagen en mente, sólo hay que trasladarlo a la finca de Zurraquín, y ver, si esa “inmensa mancha” implantada en medio de un paisaje agrario, es compatible con la no afección del mismo. La realidad, es que del total del espacio del PSI, que ocupa 1.610.967,82 m2, 1.387.822,1 m2 van a sufrir una importante o drástica transformación, y sólo 223.145,72 m2, no se verán afectados. Toda esta información está sacada de la documentación aportada por la empresa, y esa afección “gigantesca” se debe a: caminos, canalizaciones, aparcamiento  para 6.000 vehículos, dos vallados, construcciones para el parque, de servicio, técnicas, edificaciones de recreaciones pseudo-históricas, restaurantes, tiendas, depuradoras, depósitos de agua, lagos artificiales, anfiteatros, jardines, etc.

Hacer parterres, y dejar alguna encina aislada (limpio de todas las plantas el suelo “para que no haya incendios forestales” o se pinchen los visitantes del parque), por muy autóctonas que sean las plantas, no tiene nada que ver con regeneración, mantener la biodiversidad, ecológico,  y mucho menos mejora del suelo. Claramente tiene que ver con la “destrucción” de los valores preexistentes, porque aquí no había caído ninguna bomba atómica, ni se había implantado una cantera gigantesca que hubiera destruido el entorno, y que fuera necesario regenerar, lo que ha habido es un uso prolongado del suelo por el ser humano, desde, por lo menos, la edad del bronce hasta la actualidad,  que ha dado lugar en la interacción entre ser humano y naturaleza, lo que tenemos, y que la administración decidió, en su momento,  que era digno de proteger.

Frente al 4,7 % de afección que anuncia la empresa, “y sus amigos”, la realidad de la afección, a todos los espacios protegidos: el forestal, ambiental (cauces fluviales) y paisajística, ¡asómbrense!, es del 86,15% del suelo de la finca.

Os dejamos el plano de la zonificación de la ocupación del espacio de la finca Zurraquín, donde se puede ver claramente el impacto de alteración del espacio preexistente, con una modificación de prácticamente la totalidad de la parcela de la finca, que alcanza el 86,5% del territorio.

Podrán “mentir” descaradamente a toda la ciudadanía toledana,  hacer o decidir lo que les dé la gana, pero, se pongan como se pongan, si el gobierno de Emiliano García Page, aprueba definitivamente el proyecto, esto es una salvajada, que destruye y elimina todos los valores por los cuales, en su momento, el espacio fue protegido. Si no se toman en cuenta las alegaciones que presentamos, porque los que gobiernan claramente son juez y parte, esperamos que la justicia cumpla su trabajo cuando le llegue su turno.  

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